Practicamos numerosos tratamientos que pueden resolver los problemas de la piel relacionados con los distintos tipos de cáncer y disponemos de los dispositivos más punteros en la evaluación de la piel del paciente con riesgo oncológico.
La prevención y la detección precoz del cáncer de piel son fundamentales. Ante cualquier duda o sospecha, se debe consultar al dermatólogo.
En Dermagune somos especialistas en cirugía de Mohs, también conocida como cirugía micrográfica, que es altamente eficaz para tratar ciertos tipos comunes de cáncer de piel.
Dra. Edurne Artiñano
Responsable del área de patología en la cirugía de Mohs.
El cáncer de piel es el tumor más frecuente en el organismo y en últimas décadas su incidencia se ha multiplicado por tres, según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Los dermatólogos españoles coinciden en que “lo mejor para luchar contra este tipo de cáncer es la prevención y la detección precoz”.
El tipo de piel y la genética pueden influir en el desarrollo de esta enfermedad aunque el principal factor de riesgo es la exposición a los rayos ultravioleta. Por ello, la AEDV recopila los siguientes consejos orientados a reducir los daños de la radiación solar y disminuir la posibilidad de desarrollar un tumor cutáneo.
1. Bajo la sombra
Al realizar actividades al aire libre hay que buscar siempre la sombra y limitar la tomar el sol en verano durante las horas centrales del día, de 12:00 a 16:00 horas.
2. Utilizar ropa que cubra
Las prendas de manga larga, los sombreros de ala ancha y las gorras ayudan a proteger la piel. También se aconseja usar gafas con cristales que contengan filtros ultravioleta.
3. Radiación artificial
No usar lámparas ni cabinas de bronceado.
4. Evitar las quemaduras solares
Una protección solar adecuada durante los primeros 15 años de vida reduce el riesgo de cáncer de piel en un 70 por ciento. Por este motivo, es preciso extremar las medidas en niños y jóvenes.
5. Crema solar los 365 días
Los dermatólogos recomiendan usar fotoprotectores a diario, incluso en los días nublados, con un factor superior a 30 y que actúen contra la radiación UVA Y UVB. ¿Cuándo aplicarlos? Media hora antes exponerse al sol, reponiéndolo cada dos horas o más si mojamos la piel o existe sudoración excesiva.
6. Cuidado con los bebés
En los menores de cinco meses no se pueden utilizar ningún tipo de crema solar. Para minimizar los efectos del sol en los más pequeños son imprescindibles los protectores físicos como la ropa, los gorros y las sombrillas.
7. Déficit de vitamina D
La absorción de este nutriente está directamente relacionada con la exposición solar. Desde la AEDV recuerdan que el uso de fotoprotectores de forma regular no impide sintetizar la cantidad suficiente de vitamina D.
8. Autoexploración
Conviene revisar la piel una vez al mes para observar si aparecen nuevos lunares o si existen cambios en los localizados previamente. Hacer fotografías es útil para comprar su evolución.
9. Acudir al dermatólogo
Para saber cuándo es necesario ir a un especialista, existe la regla del ABCDE: lunares con asimetría, bordes irregulares, distintos colores en una misma lesión, manchas con un diámetro grande y evolución rápida. Otros motivos de consulta son las lesiones sangrantes, inflamadas o con erosiones que no curan después de tres semanas.
10. Revisiones periódicas
Las personas con un mayor riesgo por antecedentes familiares, un gran número de lunares, piel clara, un historial de quemaduras solares o alteraciones en el sistema inmunitario deben asistir a la consulta del dermatólogo una vez al año.
La luz del sol esta compuesta por: luz visible, infrarrojos y rayo ultravioleta (UV-A y UV-B) que son los responsables del cáncer de piel: el melanoma y basocelular.
La protección solar tiene que realizarse durante todo el año:
Es de vital importancia el diagnostico precoz. Para ello se debe consultar al dermatólogo ante cualquier lesión de la piel que sea: asimétrica, con bordes, irregulares, cambio de color, diámetro mayor de 6 mm. Es importante consultar al dermatólogo de forma periódica si hay antecedentes familiares de cáncer de piel ó más de cien lunares en el cuerpo.
Cuando vayamos a exponernos al sol, aplicar los fotoprotectores al menos media hora antes, en cantidad generosa, de manera uniforme sobre la piel seca. No hay que olvidar fotoproteger las zonas más sensibles como las orejas, los empeines, la nuca, la coronilla, las axilas, etc.
El cuerpo produce la vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol. La mayoría de las personas satisfacen al menos algunas de sus necesidades de vitamina D de esta manera.
Actualmente los estudios científicos recomiendan exponerse poco tiempo al sol para activar la vitamina D: en verano, como mínimo, 10 minutos tres veces por semana, y en invierno, al menos 20 a 30 minutos tres veces por semana.
Los tres tipos más importantes de cáncer de la piel son:
Carcinoma basocelular
El más común de todos los cánceres, BCC aparece en las células pequeñas, redondas y basales de la capa superior de la piel o epidermis. Por lo general, aparece en la cara, las orejas, los labios y alrededor de la boca, y rara vez se propaga. Se podría decir que es casi 100 % curable cuando se trata a tiempo. Sin embargo, si no se detecta, puede causar desfiguración. Ante cualquier sospecha se debe acudir al dermatólogo.
Carcinoma de células escamosas (SCC)
Se forma en las células escamosas planas parecidas a escamas de la epidermis. Normalmente se encuentran en la cara, las orejas, los labios, la boca, el cuello, las manos, los brazos y la espalda. A diferencia del carcinoma basocelular, el SCC se puede esparcir a otras partes del cuerpo. Con un tratamiento temprano, tiende a curarse en el 95 % de los casos.
Melanoma maligno
El melanoma es un cáncer de los melanocitos. La enfermedad puede desarrollarse como un nuevo lunar (un lunar es simplemente un grupo de melanocitos), o como parte de un lunar preexistente. Es altamente curable si se diagnostica y trata a tiempo. Cuando se propaga (hace metástasis), por lo general su curación es bastante más complicada.
La mayoría de los lunares no requiere de tratamiento, salvo por razones estéticas, pero es importante que el dermatólogo haga un seguimiento de los mismos a lo largo del tiempo.
A menudo, los melanomas en etapas iniciales se pueden tratar eficazmente sólo con cirugía, aunque los cánceres más avanzados frecuentemente requieren de otros tratamientos. Algunas veces, se usa más de un tipo de tratamiento.
El carcinoma de células basales se trata con mayor frecuencia con cirugía para extirpar todo el cáncer y parte del tejido sano que lo rodea.
Los nevus melanocíticos, *nevus pigmentados o pecas, son lesiones cutáneas benignas muy frecuentes que se encuentran en la práctica totalidad de la población. Son proliferaciones (tumores) benignas derivadas de los melanócitos, las células responsables de la pigmentación normal de la piel. Pueden ser lesiones planas o bien sobrelevades, y pueden tener un color variable desde rosado o color carne a moratón, marrón oscuro o negro. El número de nevus melanocíticos que desarrolla una persona a lo largo de su vida es variable (con una media de 20 a 50) y se encuentra influenciada por factores genéticos y ambientales (especialmente el grado de exposición solar a qué ha sido expuesta la piel). Son proliferaciones dinámicas que cambian a lo largo de la vida. Las pecas pueden oscurecer su color con la exposición solar o durante el embarazo. Durante la edad adulta tienen tendencia a perder progresivamente su pigmentación e, incluso, pueden desaparecer en edades adelantadas.
Consejos prácticos
Ante la presencia de múltiples nevus melanocíticos, y especialmente cuando existen lesiones clínicamente atípicas, se aconseja:
1. Autoexploración mensual. Valorar qualquier cambio en una peca o aparición de nuevas lesiones. Control fotográfico personal.
2. Controles dermatológicos regulares (si múltiples pecas, nevus atípicos, especialmente si hay antecedentes personales o familiares de melanoma).
3. Controles digitalizados (imágenes clínicas y dermatoscópicas). Sistema de mapeo de nevus melanocíticos.
4. Fotoprotección.
El riesgo de melanoma es una preocupación frecuente de familiares y médicos que controlan niños con NMC. Es importante que el dermatólogo haga un seguimiento regular de su evolución, ya que el riesgo de melanoma NMC parece estar en relación con el tamaño de éste.
Los nevus melanocíticos congénitos son lesiones cutáneas benignas frecuentes en el recién nacido. Además del riesgo de desarrollo de melanoma y melanocitosis neurocutánea, estas lesiones antiestéticas pueden originar trastornos psicológicos y ansiedad familiar. La actuación frente a un nevus melanocítico congénito (observación y extirpación quirúrgica) debe ser individualizada y valorada por el dermatólogo.
La Dermatoscopia Digital consiste en una técnica no invasiva para diagnosticar diferentes lesiones, especialmente nevus y lesiones pigmentadas susceptibles de ser cancerosas.
Fotofinder es sinónimo global de tecnología punta para visualización de la piel. Ya se trate de la detección precoz del cancer de piel, el diagnostico capilar, la estética, la dermatología clínica o la investigación nos permite imágenes nítidas y fiables.
El mapeo corporal completo automatizado se emplea de manera complementaria a la dermatoscopia digital, que consiste en la toma periódica de imágenes de la estructura de los lunares atípicos para hacer seguimiento y ver si se producen cambios. Gracias a esta tecnología, se pueden detectar de forma automática y precoz la aparición de lunares nuevos, susceptibles de malignización.
El mapeo corporal completo automatizado se emplea de manera complementaria a la dermatoscopia digital, que consiste en la toma periódica de imágenes de la estructura de los lunares atípicos para hacer seguimiento y ver si se producen cambios. Gracias a esta tecnología, se pueden detectar de forma automática y precoz la aparición de lunares nuevos, susceptibles de malignización.
Para el diagnóstico precoz del cáncer de piel, debemos detectar lunares, manchas de nacimiento u otras áreas pigmentadas con aspecto anormal en cuanto a color, tamaño, forma o textura y ponerlo cuanto antes en conocimiento de nuestro dermatólogo.
Normalmente el tratamiento del dermatofibrosarcoma protuberans es quirúrgico y se recomienda cirugía micrográfica de Mohs.
La queratosis actínica se trata a menudo con crioterapia, cremas o geles tópicos, tales como fluorouracilo (5-FU), imiquimod, diclofenac o mebutato de ingenol. Estos tratamientos destruyen el área afectada de la epidermis, que es la capa más externa de la piel, lo que usualmente cura la queratosis actínica.
La terapia fotodinámica (TFD) constituye una alternativa terapéutica para las queratosis actínicas, la enfermedad de Bowen y determinados carcinomas basocelulares. Se utiliza además para el tratamiento de otras enfermedades cutáneas de diversa naturaleza, incluyendo enfermedades inflamatorias e infecciosas.
La cirugía de Mohs, también conocida como cirugía micrográfica, es un tipo de cirugía microscópica controlada, altamente eficaz para tratar ciertos tipos comunes de cáncer de piel.1 El procedimiento de Mohs, creado en los años 1930 por el cirujano Fredrick E. Mohs, se controla micrográficamente, de manera que el paciente permanece en el quirófano mientras se estudia por microscopio el tejido extraído, proporciona la retirada exacta del tejido canceroso, mientras que se conserva el tejido sano. La cirugía de Mohs es relativamente costosa comparada a otras modalidades quirúrgicas. Sin embargo, en las partes estéticamente importantes como el párpado, nariz y labios, la tasa baja de resección de tejido no comprometido (sano), hace de éste un procedimiento de elección para muchos médicos.
En las cicatrices atróficas, caracterizadas por la ausencia de tejido, el objetivo de los tratamientos es conseguir “rellenar” la falta de tejido, ya sea con ácido hialurónico inyectado o estimulando la formación de colágeno propio, por medio de láseres fraccionados.
Para tratar las cicatrices hipertróficas o queloides, que se caracterizan por el exceso de tejido, se intentará «disminuir» la cantidad de tejido, para lo cual, generalmente, se lleva a cabo un combinado de crioterapia, infiltración de corticoides, láser vascular para mejorar el eritema o rojez, que suele aparecer en este tipo de lesión, o láminas de silicona de tensión sobre la cicatriz.
En ocasiones, la extirpación quirúrgica de la cicatriz será el mejor tratamiento para eliminarla. Pero, es importante valorar si el paciente cicatriza mal o tiene tendencia a producir queloides ya que en estos casos esta técnica no será buena opción.
La cirugía micrográfica de Mohs es una forma de tratar y curar ciertos cánceres de piel. Los cirujanos cualificados para realizar el procedimiento de Mohs eliminan el cáncer de piel con menos daño para la piel saludable a su alrededor.
La cirugía de Mohs o «cirugía micrográfica de Mohs» es la técnica quirúrgica más precisa que se utiliza para tratar el cáncer de piel. Durante la cirugía, se van retirando progresivamente finas capas de la piel que contienen el cáncer y el patólogo las va examinando al microscopio hasta que solo queda tejido sin cáncer.
El objetivo de la cirugía de Mohs es eliminar la totalidad del cáncer de piel reduciendo al mínimo el daño a los tejidos sanos que lo rodean. Se suele hacer de forma ambulatoria con anestesia local o general según la localización y la duración previsible de la intervención.
La cirugía de Mohs se utiliza para tratar los tipos de cáncer de piel más frecuentes, el carcinoma de células basales y el carcinoma epidermoide, así como algunas clases de melanoma y otros tipos de cáncer de piel más inusuales.
Esta cirugía es especialmente útil para los tipos de cáncer de piel que presentan un alto riesgo de recurrencia local o han vuelto a aparecer después de un tratamiento previo; que encuentran en zonas en las que se desea conservar la mayor cantidad de tejido sano que sea posible (alrededor de los ojos, orejas, nariz, boca, manos, pies, genitales…); cánceres que tienen bordes que son difíciles de definir o bien son grandes o agresivos.
La cirugía de Mohs es una técnica compleja. Muchos médicos que se especializan en la piel (dermatólogos) pueden realizar la cirugía de Mohs, ya que aprenden acerca de este procedimiento quirúrgico en su capacitación médica. Algunos cirujanos que llevan a cabo la cirugía de Mohs han recibido capacitación especializada para dominar aun mejor este procedimiento.
En Dermagune hemos formado un equipo de cirujanos dermatológicos, patólogos y anestesistas con más de 15 años de experiencia en esta técnica y cientos de pacientes intervenidos, con resultados que han convertido a nuestro equipo en centro de referencia nacional. La curación oncológica, el mejor resultado estético y que el tratamiento sea indoloro y cómodo son siempre nuestros objetivos.
La cirugía de Mohs en Dermagune empieza con una consulta de análisis del caso, valoración y planteamiento de la mejor opción terapeútica, sigue con la intervención quirúrgica donde se consigue eliminar por completo el tumor y se reconstruye el defecto, nuestro equipo, en los casos que así lo requieren, practica las curas en los días siguientes y, tras la retirada de los puntos, se cierra el tratamiento con sesiones de laserterapia para conseguir que en meses las mayoría de las cicatrices sean imperceptibles a la vista.
Absolutamente recomendable. Muy minuciosos en su trabajo y dedican todo el tiempo necesario para explicarte lo que tienes y el tratamiento. Buen trato y demuestran un gran conocimiento.
Muy profesionales. El seguimiento del tratamiento fue fantástico y el resultado excelente. Tal y como esperaba.
Dermagune es el equipo de profesionales que atiende el Servicio de Dermatología de Policlínica Gipuzkoa.Surge de la actividad profesional del Dr. Jorge Soto iniciada en la Universidad de Salamanca, continuada en la Universidad de Navarra y su Clínica Universitaria y ejercida desde hace más de quince años en la Policlínica Guipúzcoa y la Universidad del País Vasco. Actualmente integra un equipo de profesionales con amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades dermatológicas, firmemente comprometidos.
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